Los síntomas más comunes son:
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Trastornos sensitivos, del equilibrio y del habla
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Temblores, debilidad de los miembros y en casos más graves parálisis de los mismos
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Espasticidad, alteraciones urológicas, vértigo, fatiga, hormigueos y alteraciones visuales
Dependen de la zona lesionada; los síntomas no solamente varían entre diferentes personas sino también en una misma persona y según el momento. Una persona con EM experimenta normalmente más de un síntoma pero no todas las personas van a experimentar todos los síntomas existentes.
Los síntomas más frecuentes son: debilidad, hormigueo, poca coordinación, fatiga, problemas de equilibrio, alteraciones visuales, temblor, espasticidad o rigidez muscular, trastornos del habla, problemas intestinales o urinarios, andar inestable (ataxia), problemas en la función sexual, sensibilidad al calor, problemas de memoria, y trastornos cognitivos entre otros.